jueves, 14 de marzo de 2013

El mundo del vino mendocino sigue dando sorpresas


Especial para ConexiónBrando
amaglione@lanacion.com.ar
@crisvalsfco


Lo interesante
Es tal la dinámica que ha adquirido la industria del vino en nuestro país, y en Mendoza especialmente, que cada vez que se vuelve a esta provincia con mirada inquieta, se descubren viejos y nuevos personajes que están escondidos en los pliegues del manto que manejan las grandes bodegas y que pareciera cubrirlos, aún sin quererlo. 
Minorías silenciosas, muy trabajadoras, e innovadoras al máximo con los recursos que tienen a la mano. Es el mismo productor que participa de la cosecha; es la misma persona que realiza la molienda, a veces, a mano, uva por uva, con el auxilio de su familia y sus amigos. Él o ella se ocupan del proceso de vinificación según sea su leal saber y entender, o su filosofía que, en esto juega un rol definitivo. 
Son tantos y tan buenos, que es de esperar que alguna guía de grandes vinos alguna vez los incluya. Sea que produzcan 5000 botellas o 700 mil. Puede que la cantidad cambie algunos procesos, pero la filosofía permanece todo lo invariable que se pueda. No importa la cantidad, importa la novedad, las ganas de superarse, de investigar, de intentar, de seguir exportando con todo el viento en contra. Ellos alimentan la curiosidad de los que queremos husmear sin patrocinio, por las nuestras, sin compromisos comerciales, honestamente. Hay que preguntar a la gente cuya opinión respetamos; pedirles que nos hagan el contacto (no pocos son más que tímidos), y acercarnos a lugares ignotos para los comunicadores porteños. 
Conocé algunos de los secretos mejor guardados de Mendoza
  • Ricardo Giradorou de Dolium
Siguiendo con el recorrido de bodegas.
Dolium es otra de las bodegas que me interesó esta vez en Agrelo. Su dueño se hace llamar Ricardo Dolium, así aparece en los e-mails, pero en realidad su apellido es Giradorou. Llega al vino como tantos, por un golpe del destino: su padre Mario que funda la bodega en 1997-cuando se retira luego de haber trabajado una vida como ingeniero en Techint-, fallece y se tiene que hacer cargo del negocio sin mayor experiencia en el mundo del vino. Ciertamente, Ricardo es un hombre que aprende bastante rápido, y reconoce muy afectuosamente la forma en que lo ayudó a dar sus primeros pasos Antonio Mas, entrañable viñatero, volcado ahora, con su hijo Santiago, al proyecto que denominan Finca Propia. 
El nombre de la bodega reconoce como origen a la denominación que daban los romanos a las vasijas vinarias. Eso explica que el diseño de las mismas aparece con frecuencia por sus etiquetas. Hoy produce unas 150 mil botellas que logra exportar en su inmensa mayoría. Su padre concibió a la bodega con el criterio novedoso de hacer toda la operación subterránea, por eso, las etiquetas destacan: underground winery. Todo el diálogo con Ricardo revela un particular interés por la ecología en su relación con el negocio. Una tendencia que crece en toda la provincia, felizmente. 
De sus propuesta me interesaron especialmente el Eco-State Torso, un blanco que resulta de un corte de torrontés riojano, con Chardonnay y Sauvignon Blanc. En esa línea el Eco-State Dolium Reserva Malbec 2011 es un gran vino, que se presenta en botellas numeradas. De pronto Ricardo nos hace comparar un Dolium Cabernet Sauvignon 2010 con un 2001, ambos pasados por barricas de segundo uso como toda la línea clásica. Fue notable la perfecta evolución que tuvo este vino. Un Dolium Petit Reserva Syrah 2006 parecía un vino recién hecho, pero con los beneficios de haber esperado siete años para beberlo. Otro tanto me pasó con el Dolium Petit Reserva La Terna 2008, un corte de Malbec, Tempranillo y Cabernet Sauvignon. De inmediato pasamos a un Dolium Petit Reserva Malbec-Malbec 2011, un vino con un ataque intenso en boca, que une cepas de Agrelo con otras del Valle de Uco, de allí la repetición de la etiqueta. 
La bodega ofrece la posibilidad de quedarse a almorzar, comida absolutamente casera, que es la que comen los empleados. Aprovechamos esta posibilidad y Ricardo nos premió haciéndonos probar un impecable Malbec Reserva 2000, para concluir con un Dolium Petit Reserva Sauvignon Blanc 2007, que descansó unos meses en barrica. Sentí que con los blancos, Mendoza sigue creciendo a pasos agigantados.
Segui la nota en: http://www.conexionbrando.com/1560990-el-mundo-del-vino-mendocino-sigue-dando-sorpresas

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